ASAMBLEA DEL
DÍA DE LOS ENAMORADOS. REUNIÓN
DE CONDOMINIO
(CON FINALE ENERGICO MA NON TROPPO)
Humor a modo de minisainete
Autor: Luis E. Marval Hidalgo (a) Bátrax
LA ESCENA TRANSCURRE EN LA SALA DE REUNIONES DE UN EDIFICIO DE PROPIEDAD HORIZONTAL, DONDE LOS PROPIETARIOS DE LOS APARTAMENTOS HAN SIDO CONVOCADOS POR EL
PRESIDENTE DE LA JUNTA DE CONDOMINIO PARA LLEGAR A UN ACUERDO RELACIONADO CON
LA ENTREGA DE UNA TARJETA DE FELICITACIÓN A LA CONSERJE EN OCASIÓN DEL 14 DE FEBRERO, DÍA DE
LA AMISTAD. ESTÁN SENTADOS MIRANDO HACIA LA MESA DIRECTIVA, DONDE SE SIENTA EL
PRESIDENTE DE LA JUNTA DE CONDOMINIO.
PERSONAJES EN ORDEN DE
APARICIÓN:
JULIÁN.
MODERADOR Y PRESIDENTE DE LA JUNTA DE CONDOMINIO.
SCARLETH.
JOVEN SOLTERA.
ONÉSIMO. CINCUENTÓN.
EXAGERADO EN BUENOS MODALES.
EL SICILIANO.
CINCUENTÓN, CON ESCASOS MODALES. HABLA MUY MAL EL ESPAÑOL.
LA VIEJITA SORDA.
OCTOGENARIA, SENIL, CON TRASTORNOS AUDITIVOS SEVEROS.
EL BORRACHITO. INFILTRADO EN LA REUNIÓN. IMPERTINENTE.
EL SEVILLANO.
CUARENTÓN. ANDALUZ CON FUERTE ACENTO ANDALUZ Y MODALES ANDALUCES.
DIEGO. GAY,
TREINTÓN.
ROSA.
CUARENTONA QUE LE FASCINA ECHARSE PALOS CON LAS AMIGAS.
FUN-CHÉ.
CHINO QUE HABLA MUY MAL EL ESPAÑOL.
LUCRECIA.
BIÓLOGA. TREINTONA. GAFA IN EXTREMIS.
RHODE.
CINCUENTONA. AMIGA DE ROSA.
ACTO
ÚNICO
«Carolina, tus vecinos del Edificio
Royal te deseamos feliz Día de la Amistad.»
SCARLETH
(LEVANTANDO LA MANO): —No estoy de acuerdo. Eso está muy frío. Debería
comenzar con algo más afectuoso, algo como un “Querida Caro” —dice mientras arrima
la silla hacia donde están sentadas Rosa y Rhode a un costado del salón.
ONÉSIMO:
—¡No, niiiña!, eso suena horrible, espantoso —intercepta Onésimo—, además “Caro”
significa “costoso”, y ya las cuotas del condominio que tenemos están muy caras
como para estarlo recordando también en una tarjeta que enviemos a la conserje.
EL
SICILIANO: —Mi dispiace, ma, non è
possibile. Se si sta scrivendo dovrebbe essere fatto bien. —Interrumpe de
manera tosca el siciliano, y añade—: “caro” in italiano significa “querido”, y lei è una signora, una donna, ¿tutti d’accordo, è?, entonces debería ser “cara”, ¿capisce?, ¡cara, o carissima
amica y no caro! —apiñando los
dedos de la mano derecha y moviendo la mano en gesto de afirmación.
LA VIEJITA
SORDA (EN VOZ ALTA): —¿Querida y cara?, ¿la querida de quién? — pregunta la
viejita sorda sentada entre las primeras filas.
EL
BORRACHITO (BURLÓN): —¡Ah pues!, ¿sólo la cara?, ¿y el resto del cuerpo
dónde lo dejamos? —añade un borrachito que nadie sabe de dónde salió.
EL
SEVILLANO (DIRIGIÉNDOSE AL SICILIANO): —Hostia, eso que dijo “el siciliano”
sí que ej un dijparate. Si “cara” significa “querida”, entoncej, ¡vamoj hombre!,
que no se pué poné la torta
escribiendo en la tarjeta “Querida Cara”, es decir, “Querida Querida”, ¡jodé!, que hablas y rebuznas a la vez... —acota el sevillano.
DIEGO
(FELIZ): —¡Ay sí!, pero a mí eso sí me gusta, a lo Juan-Ga (canturreando):
“Querida, querida/ dime cuándo tú, dime cuándo tú/ dime cuándo tú vas a
volve-e-e-e-eer” —dice con exceso de amaneramiento, generándose inmediatamente
una rechifla de los asistentes y un grito de: “¡Callen a esa loca!”
EL BORRACHITO:
—¡Ah puej!, un parcha en el santuario,
ji ji ji, ¡hip!
EL
SICILIANO: —¿Parcha?, no, correzione:
eso es plumitas al suo gusto.
ROSA
(CONCILIADORA): —Bien, pongamos “Querida Carolina”, y listo... salgamos de esto
de una vez, que tengo ganas de echarme un palo.
FUN-CHÉ:
—Honolable chinito Fun-Ché no tal de acueldo. Hay que lespetal a la señolita conselje. Tal como lo dijo el honolable maestlo Confucio: “A las damas ni con el pétalo de una losa”.
EL BORRACHITO
(SORPRENDIDO): —¡Verga, este chino está hablando en chino!, ¡hip!
JULIÁN
(AFABLE Y DIRIRIGIÉNDOSE A FUN-CHÉ): —¿Podría explicarse, señor Fun-Ché?,
porque no entiendo lo que quiso decirnos.
RHODE:
—Ni él...
FUN-CHÉ
(TRANQUILO): —Sí, clalo —y añade—: todos olinamos.
SCARLETH
(DIRIGIÉNDOSE A TODOS): —Verga… chino y peo de bolas… por lo que parece.
TODOS:
¡SSSHHH!
JULIÁN
(MODERANDO): —¡Silencio, silencio, por favor! Dejemos que el señor Fun-Ché se
explique, que yo —de paso— tampoco entiendo qué tiene que ver el que uno orine
con el texto de la tarjeta de felicitaciones. (DIRIGIÉNDOSE AL CHINO): Señor
Fun-Ché, prosiga su relato, por favor, y hágalo corto.
LA VIEJITA
SORDA (GRITANDO Y TOMANDO POR SORPRESA A TODOS): —“¡Te lo corto!”, eso fue
lo que le dije a mi marido, que en paz descanse, cuando vivíamos en El Valle y
le advertí: “La próxima vez que te vea picándole el ojo a la vecina del piso 5, te lo corto”.
TODOS:
(RISAS Y LUEGO) ¡SSSHHH!
JULIÁN:
—Señor Fun-Ché continúe, por favor. Nos decía, ejem, que todos orinamos...
FUN-CHÉ:
—Glacias. Sí. Que se sepa, todos
olinamos. Yo, pol ejemplo, me tomo
unas celbecitas con mi plimo Len-To y olino mucho. Si la señolita
Calo-olina o está olinando —y aunque todos sepan lo que es olinal—, no es pala esclibilo en la taljeta, así lo dijo el honolable
maestlo Confucio. Se podlía esclibil, pol ejemplo:
“Calo-tá-ocupada-en-ete-momento”, y
la pelsona que lea la taljeta va a entendel, sin sabel que
en veldá la honolable conselje Calo-olina está en el baño olinando.
TODOS:
(RISAS).
DIEGO:
—¡Ay qué bello viste el chino!... y yo no me había fijado en él.
ONÉSIMO:
—¿Bello?, pues qué mal gusto tienes, mijito.
ROSA:
(DIRIGIÉNDOSE A RHODE): —¿Cómo serán las
hallacas chinas?
RHODE:
—Fácil, de arroz y chop suey, je je
je.
ROSA: Je je je.
EL BORRACHITO (DIRIGIÉNDOSE A ROSA):
—¡A la mía que le pongan huevo!
EL
SEVILLANO (MIRANDO AL BORRACHITO): ¡Oiga, majo!, y a todas éstas, ¿de dónde
salió usté?
EL SICILIANO: Sí, yo también le faccio la misma pregunta: quién è lei e cosa ci fa quí a questa riunione?
EL
BORRACHITO: —¡Hip!, pues, eso mismo digo yo. ¿Qué hago yo aquí? Se suponía que yo iba en,
¡hip!, un autobús para mi casa… ¿cómo llegué aquí?... no sé.
JULIÁN
(CANSADO): —¿Y si nos olvidamos del nombre de la conserje y simplemente colocamos “Querida” en el encabezado de la tarjeta?
ONÉSIMO
(INTENSO): —No es correcto. La palabra “querida” es hoy día usada de manera muy
impersonal, fría y hasta vulgar, por lo que no transmite la emoción, la
intención de cómo queremos que se comprenda, la poesía oculta, la pasión. Fíjense
cómo de manera vacía se utiliza en: “¡Ay, querida!, lo lamento”, o en: “Querida,
ni lo pienses”. Sugiero que debemos poner otra palabra que no sea “querida”.
LA VIEJITA
SORDA: —Y mi marido en 1955 también tenía una “querida” por los lados de la
esquina de Platanal a la que llamaban ‘La Aspiradora’, hasta que un día fui
allá y le di una estrujona a la piazo e bicha esa pa que no siguiera
engatusando hombres ajenos, y aspirándole el bolsillo al muérgano de mi marido…
¡que en paz descanse!
TODOS:
(RISAS).
SCARLETH:
—¡Señora!, eso era antes. La consigna ahora es: “Cuaima, disfruta al hombre
equivocado mientras te llega el indicado” —y soltó una estruendosa carcajada.
TODOS:
(MÁS RISAS).
JULIÁN
(HALÁNDOSE LOS CABELLOS MIENTRAS HIPABA): —¡Señores, por favor, hagamos y firmemos la
tarjeta de una vez!
DIEGO
(FASTIDIADO) —Bueno, si no podemos poner “Carolina”, ni “Querida Caro”, ni
“Querida Cara”, ¿por qué no ponemos sencillamente “Caro, feliz día” y
sanseacabó?, ¿qué opinas Lucrecia?, —pregunta mientras voltea dirigiéndose a
Lucrecia sentada a mitad del salón.
LUCRECIA
(PAUSADA): —Bueno, “Caro” es el nombre de un árbol bien bonito. Por cierto,
allá en la universidad teníamos uno en la placita de la Facultad de Ciencias,
donde yo estudiaba, y que era bien bonito, pero yo no veo qué tiene que ver
Carolina con el árbol de la placita, ¿fue que ella lo sembró?
TODOS
(INCRÉDULOS MIRÁNDOSE UNOS A OTROS): ¿!
RHODE
(SURURRÁNDOLE A ROSA): —Yo he visto gafas… y a ésta.
ROSA (SUSURRANTE): U hoy le conectaron mal los cables de la "azotea".
ONÉSIMO (SURURRANDO A DIEGO): Esta como que estaba metiéndose un "tabaquito" antes de venir a la reunión.
LUCRECIA (A SCARLETH): —¡Ah, ya sé!, ahora entiendo al señor
Fun-Ché. (DIRIGIÉNDOSE A ÉL). Usted hablaba de que “Caro” orinaba porque los
perros orinan en los árboles, ¿no es verdad?, eso lo aprendí en la Facultad de
Ciencias. Entonces usted lo que quería decirnos era que compráramos un perro
para llevarlo al árbol bien bonito que estaba en la placita de la Facultad donde yo estudiaba
cuando iba a la universidad para que pueda orinar allí, ¿no es verdad?
RHODE (SUSURRÁNDOLE A ROSA): —Suma cum laude…
EL BORRACHITO:
—¡Ah, puej!, ésta está más pea que yo
—y diciendo esto sacó una carterita del bolsillo trasero del pantalón y se echó
un palo de ron.
JULIÁN
(DIRIGIÉNDOSE AL BORRACHITO, DESESPERADO): —¡No se lo beba todo, déjeme un
poquito…! —y sentándose a su lado, toma la carterita y se echa un largo palo.
ONÉSIMO:
—Bueno, yo a Carolina le digo de manera afectuosa “Caroloca”.
FUN-CHÉ:
—“Calo-loca” no sel adecuado. Como
dijo el honolable maestlo Confucio: “A las mujeles
ni con…
TODOS:
(AL UNÍSONO E INTERRUMPIENDO): —¡SÍ, YAAA!, que ya lo dijiste antes.
ROSA: ¡Sácamelo, chino, no joda!
EL BORRACHITO:
—Se le pegó la aguja al chino, ji ji ji, ¡hip!
JULIÁN:
(EN TODO DESESPERADO) —Bueno, entonces pongámoslo en aumentativo: “Carolocota”,
o en diminutivo “Caroloquita”, como quieran… pero pongámonos de acuerdo de una
vez, por Dios.
FUN-CHÉ
(INTERRUMPIENDO, INSPIRADO Y RECITATIVO): —Calo-lica; Calo-liquita; Calo-licota…
EL
BORRACHITO (INTERRUMPIENDO): —Bueno, a lo de “ricota” me sumo, porque de que la conserje está rica, ¡hip!, está rica —y se echó otro palo.
LA VIEJITA SORDA (DIRIGIÉNDOSE A LUCRECIA): —Y mi marido en 1945
salió una vez a comprar queso ricota en la esquina El Muerto, donde tenía otra
querida que la llamaban ‘La Insaciable’, ¡el muérgano ese!, ¡que en paz
descanse!, y…
LUCRECIA (DIRIGIÉNDOSE AL SEVILLANO): —“Ricota”, ¡aaah!, así se llamaba un perro callejero que siempre estaba en
el Aula Magna de la UCV cuando yo estudiaba en la universidad, y cuando el público aplaudía daba vueltas tratando de morderse la cola. Y si Ricota no estaba
allí, en el Aula Magna, estaba echado a la sombra en la placita donde está
sembrado el caro, porque a los perros les gusta la sombra… eso lo aprendí en la
universidad.
RHODE
(SERIA. DIRIGIÉNDOSE A ROSA EN VOZ BAJA): —Me alegro de no haber estudiado en
la universidad, porque si así iba a quedar, mejor era seguir en el oscurantismo.
ROSA:
–Sí manita, parece como si le
hubiesen dado dos Valium con un coñazo de electroshock. Mejor, voy a echarme un palo de un roncito colombiano más bueno que traje y tengo acá guillaíta en la cartera.
RHODE:
—Que sean dos…
SCARLETH:
—Tres —dice, mientras guiña el ojo…
FUN-CHÉ (DE PIE RECITANDO Y ABSTRAÍDO DE LO QUE OTROS HABLAN):
—Calo-locotota; Calo-lible; Calo-pol-puesto; Calol-Bulné; eeeh…
eeeh… Es-calo-flío…
JULIÁN:
(FRUSTADO): —No se haga el bolsa y deme pa echame
otro palo.
ONÉSIMO (APUNTANDO HACIA JULIÁN): —Pensándolo bien, “Querida
Carolina” tiene una rima intrínseca consonante de la combinación de un
sustantivo trisílabo con un nombre propio tetrasílabo en una idea heptasílaba
que evoca las reminiscencias de la etapa primaria de Goethe, etapa —dicho sea
de paso— donde se consolidó la estructura de…
EL
SICILIANO (A JULIÁN): —Signore presidente, mettere ordine a questa reunione,
per favore –y volteando hacia el
sevillano dice —Manuele, maledetto, me
la vas a pagar per avermi portato a
questa perdita di tempo con questi cacatua; porca miseria.
EL
SEVILLANO (EN VOZ ALTA) — ¡Hostia!, vamoj
a ve cómo noj ordemanoj. Estamos dando vueltas en redondo como un mataó en una
plaza e toros sevillana. Este cachondeo se parece a una reunión de la Asamblea
Nacional.
ROSA:
— … o a una reunión de condominio.
LA VIEJITA
SORDA (GRITANDO): —¡Eso!... Concha Rominio, así se llamaba una compañera de
trabajo de mi marido en 1951, con la cual él tenía un bochinchito, hasta que yo
los esperé a los dos a la salida del trabajo y los perseguí a carterazo limpio
por toda Sabana Grande.
DIEGO
(ENTUSIASMADO VOLTEÁNDOSE HACIA LA VIEJITA SORDA): —¡Siga señora!, no se
detenga, veo que su marido y usted han tenido una vida interesantísima… y a mí
me fascina el chisme.
ROSA
(PELANDO LOS OJOS): —¡Y a mí! –Y mientras se echa otro palo dice en voz alta –Scarleth
arrímate pá‘cá, vamos a e escuchar estos cuentos… y tráete un cocuycito, que ya
el ron pasó a mejor vida.
RHODE
(TRANQUILA): —Rosa, tengo allá arriba en la casa cocuy con miel de abejas…
ONÉSIMO
(FASTIDIADO): —¡Ay no! Yo mejor me voy a mi casa a darle comida a mi gato, Rumba, y ver Animal Planet.
LUCRECIA
(DIRIGIÉNDOSE A JULIÁN): —Julián, ahora estoy dudando, ¿dijeron Caroling?,
porque caroling significa villancico
en inglés. ¿Qué tiene que ver Ricota con los villancicos? No entiendo…
RHODE
(EN VOZ ALTA): ¡La guinda que faltaba! (DECIDIDA) Mira Rosa, mejor voy a
subir a buscar el cocuy… ¿vienes?
ROSA
(CON ACENTO MARGARITEÑO): —¿Quién, yo!, no si así es. Estos cuentos de la vieja sorda
están buenísimos y no me los pierdo por nada del mundo.
SCARLETH:
—Te acompaño Rhode, y nos traemos algo para picar, mira que esa viejita debe
tener cuentos desde los tiempos de sir Walter Raleigh. Tengo también un
tequilita en el carro, por si acasón.
TODOS COMIENZAN A HABLAR A LA VEZ EN VOZ ALTA.
EL
SEVILLANO (VENTILÁNDOSE ENÉRGICAMENTE LA NARIZ Y GRITANDO): —¡Por la sangre de Cristo!, ¿pero a qué huele?, qué peste, ¡Virgencita Morena, ampárame! (LEVANTÁNDOSE DEL ASIENTO): ¡Que
alguien acá nos quiere asesinar! (VIENDO AL SICILIANO, QUIEN SONRÍE DE MANERA DESCARADA): ¡Cobardica! ¡Fuiste tú, siciliano asqueroso, qué mira que te conozco, y no te rías! (ALEJÁNDOSE Y VENTILANDO LA NARIZ) ¡Josú, qué podrío está el tío!
JULIÁN
(IMPLORANDO): —¡Señores!, por favor… compostura… óiganme… la tarjeta…
(OLFATEANDO Y TAPÁNDOSE LA NARIZ) pero,
pero qué pudrición… ¿a qué huele?
EL BORRACHITO
(ACERCÁNDOSE A JULIÁN): — ¡Hip!, y bueno, estos ilustrados armaron la gorda y
no se hizo nada al final; ¡hip!, lo de siempre. Déjame dictarte lo que vamos a
poner en la tarjeta y punto. Escribe ahí:
«QUERIDA (¡HIP!) CAROLINA:
MAMACHONGOTA (¡HIP!), QUE TENGAS UN FE (¡HIP!) LISSSH DÍA DE LA AMI
(¡HIP!) AMISTAD, Y AVÍSSAME SZI (¡HIP!) NO TE DAN REGALOS, QUE YO
TE TENGO ACÁ UN BOJO (¡HIP!) TICO.
FIRMA: BEBETO»
FIN
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