Microcuento infantil
Luis E. Marval Hidalgo
Frieda, la hermosa pata de pico rojo y plumas negras, se negó siempre a aprender a leer. Una mañana, atraída por el vigoroso canto de los machos que llamaban a las hembras, voló directo hacia el humedal, y pasó sin darle importancia por un costado del letrero que anunciaba:
«ABIERTA LA TEMPORADA DE CAZA DE PATOS»
Moraleja:
Leer puede ser la diferencia entre ser y no ser.
Caracas, 3-7-2017
No era testaruda...era ignorante...
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Yayamer. La línea que separa ser testarudo(a) de ser ignorante en ocasiones es muy delgada o difusa, y nos cambiamos de lado sin darnos cuenta.
ResponderEliminarBuenas noches me encanta todo lo que escribe sigue así muchos éxito saludos
ResponderEliminarMuchas gracias por tu alentador comentario, Carlos. Un abrazo.
EliminarYo pienso que era más distraída que todo.
ResponderEliminarMuchas gracias por dejarme su comentario.
ResponderEliminarTriste final para la patita y para quienes como ella prefieren vivir ignorantes de todo.
ResponderEliminarGracias por su comentario. Quizás de la experiencia de la patita se pueden sacar conclusiones útiles para niños y adultos. Un abrazo.
ResponderEliminarAh, por cierto, el final triste lo imaginó usted. Yo no lo escribí.
EliminarExcelente Batrax, de verdad. Me gustó. Felicidades.
ResponderEliminarMuy agradecido, Manuel, por tu gentil comentario. Un abrazo
ResponderEliminarDefinitivamente de acuerdo con esa moraleja,👏👏👏
ResponderEliminarMuchas gracias por su tiempo y comentario
EliminarYo pienso que era media p.. no aguantó dos pedidas
ResponderEliminarLa respuesta de la pata del cuento al llamado de los machos es una respuesta normal dentro de las aves. De esa manera han preservado la especie desde antes que nosotros como humanos existiésemos y ojalá lo sigan haciendo después que nosotros ya no figuremos por estos lares.
EliminarLa ignorancia siempre nos lleva a cometer terrores y terminar en serios problemas. Muy lindo y educativo.
ResponderEliminarMuchas gracias por su comentario. La ignorancia, en efecto, nos conduce con facilidad a errores. El conocimiento también, pero con menos o ninguna probabilidad de fracaso. Lo importante es el mensaje a los niños: lean, edúquense. Un abrazo.
ResponderEliminarExcelente Moraleja!!. Creo que muchos caemos en eso hoy día, y no por ignorancia, sino a veces creo flojera de leer, hasta las letricas mas pequeñas.... Me encanto!!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, comái. Me agrada saber que este cuento te gustó y te hizo reflexionar un rato.
EliminarEstimado Paisano, gracias por compartir, una vez más, tus cuentos. Excelente moraleja, ser o no ser, puede ser cuestión de patos, pero el saber leer o no te cambia totalmente el panorama. Un abrazo hermano!
ResponderEliminarEstimado paisano, muchas gracias por sus gentiles palabras. Me agrada saber que compartimos de nuevo un rato, pese a la distancia de la mar océano.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarNo saber puede llevar a no ser, pero quien no sabe por no haber querido nunca ha sido.
ResponderEliminarGracias, muchas gracias por el tiempo y tu comentario. Reenvía el cuento a otros
EliminarFábula digna de ser compartida lo cual haré hacia varios grupos. Felicitaciones..
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Rubén, por considerarla de utilidad y digna de compartir con tus conocidos
EliminarCayó por ignorancia, y hay quienes caen, aún sabiendo o leyendo, por testarudos. De lo micro a la macro. Saludos hermano.
ResponderEliminarGracias, hermano, por tu gentil opinión. Ojalá la puedas difundir a otros que valoren la moraleja. Un abrazo
EliminarTe felicito, me encanta lo que escribes un buen mensaje de la importancia de aprender a leer y a escribir. La ignorancia no puede llevar a perder hasta la vida.
ResponderEliminarMuchas gracias, Vestalia, por haber tomado tiempo para la lectura y por tu aporte. Si puedes, reenvíalo o compártelo. Un abrazo
EliminarMuy distraída Frieda!!! Suele pasar.
ResponderEliminarGracias por leerlo y haber tomado tiempo adicional para comentarlo. Un abrazo.
EliminarTodo testarudo que no quiere escuchar y solo se opone porque si, es esencialmente ignorante. Microcuento excelente para niños y adultos...
ResponderEliminarMuchas glacias, Gloria, por tu tiempo, aporte y valoración. Los niños de ahora leen cada vez menos literatura u obras que dejan aprendizaje, y eso es preocupante por sus consecuencias. Gracias, de nuevo, por leer mis historias en este blog. Un abrazo.
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