La anaconda oriental
Bátrax (a) Luis E. Marval H.
Imagen de autor desconocido.
Divertimento picantoso a modo de sainete
Con motivo de
ARRIBAR hoy A los cincuenta años de vida LA INGENIERA Tamara Tamarindo Soto,
hemos enviado a nuestro reportero ESPECIAL, Nunca Escampa, de Les Esqualids Press, a ENTREVISTARLA. Tamara nos recibió en su casa en Palo Verde,
Caracas. VestÍa de manera sencilla, con una blusa BLANCA, pantalón jean AZUL CLARO y zapatos deportivos
BLANCOS. Tenía un mojito en su mano derecha, era quizás el séptimo O EL OCTAVO del
día…
ADVERTENCIA:
SE ACONSEJA A LAS PERSONAS MUY RECATADAS, CONSERVADORAS o DE AVE MARÍA PURÍSIMA
SIN PECADO CONCEBIDA, NO LEER ESTE MINISAINETE, YA QUE ALGUNAS ESCENAS Y
EL LENGUAJE UTILIZADO EN ELLAS PUDIESEN ESTAR MÁS ALLÁ DE LO QUE SE CONSIDERA MORALMENTE
RESPETABLE EN UNA SOCIEDAD. eSTA ADVERTENCIA NO INCLUYE A LOS NIÑOS Y
ADOLESCENTES.
atte.
LA GERENCIA
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
ACTO ÚNICO
SE LEVANTA EL
TELÓN Y APARECE UNA SALA AMOBLADA DE ESTILO SETENTOSO, CON DOS BUTACAS, UNA
MESA DE CENTRO CON DOS VASOS VACÍOS Y UNA JARRA DE VIDRIO.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
REPORTERO NUNCA
ESCAMPA (AFABLE)
—Buenas, ingeniera.
TAMARA (TRANQUILA)
—Sí, gracias, ya
sé que estoy buena, y bien buena, ¿en qué podemos servirle?
NUNCA ESCAMPA (SONRIENTE)
—Entiendo,
ingeniera Soto, que hoy es un día, una fecha especial para usted: es la fecha
de llegada al cincuentenario.
TAMARA
—No lo diga así
que suena como a mucho… y cincuentenario rima con novenario.
NUNCA ESCAMPA
—¿Qué puede
resumir de lo que ha sido este primer ciclo de su vida?
TAMARA
—Que hasta acá fue
de subida, pero ahora empieza la bajada.
NUNCA ESCAMPA
—No, no me refería
a subida de [subir], sino de [vivir], de su [vida]. ¿Qué me dice de su vida?
TAMARA
—Mi vida está como
la letra del bolero aquel que dice: Dicen que no es vida/ esta que yo vivo....
NUNCA ESCAMPA
—Lo lamento, ¿se
siente triste?
TAMARA
—Sí, triste, pero más
que eso me siento angustiada, muy angustiada.
NUNCA ESCAMPA
—No debería sentirse
angustiada, llegar a esta fecha es un privilegio, pero supongo que es parte del
miedo al medio cupón, lo que llaman la crisis de los cincuenta.
TAMARA
(DESPECTIVA)
—No, qué crisis de
los cincuenta ni qué nada, no es por eso, Nunca Escampa, es que se me acabó el ron
y ya no tengo pa echame otro mojito.
NUNCA ESCAMPA (SORPRENDIDO
Y DUBITATIVO)
—¡Ejem!, comprendo,
pero cuéntenos, en estos cincuenta años que cumple hoy, ¿cuáles han sido algunos
de sus momentos más felices, sus logros?
TAMARA
—Los ogros están
en los cuentos de hadas, y yo no conozco ninguno.
NUNCA ESCAMPA
—Discúlpeme, dije [logros],
no [ogros].
TAMARA
—Pero muchacho,
hable bien, porque suena como si tuviese una papa caliente en la boca. ¿Me
repite la pregunta?
NUNCA ESCAMPA
—Le decía que al
llegar a esta fecha tan especial debe haber momentos que usted recuerde con
alegría, ¡no se trata de cualquier aniversario!
TAMARA
—Un Aniversario es
bueno, aunque a mí me gusta más el Pecho Cuadrao.
NUNCA ESCAMPA
—Disculpe, hay un
malentendido, yo no estaba hablando de rones.
TAMARA
—¿No? Yo sí, y hazme
caso —te voy a tutear—, deberías hacerlo: tienes que saborear un buen ron
pa que sepas lo que es vivir de verdad. ¿Has probado el Triple Filtrado La Florida?
NUNCA ESCAMPA
—No, ¿acaso es un
ron?
TAMARA (SARCÁSTICA)
—¿Que si es un
ron?..., ¿Tú me preguntas si el Florida Triple AAA es un ron?... NO, muchacho, eso
no es un ron, ¡¡eso es un SEÑOR RON!!, con mayúsculas. Después que te
das un langanazo de él, o de ron El Muco, o El Paujil, o Carúpano Oro Reserva,
te dejarás de tomar esas pendejadas: que si la cerveza Polar Light, que si el Breeze
Ice, que si las aguas saborizadas con una conchita de limón y esas cosas de
sifrinos. Un palo seco de uno de esos rones es un pasaje a la gloria.
NUNCA ESCAMPA (DUBITATIVO)
—Le confieso que
yo nunca he visto esas marcas de las que usted habla. Supongo que son importadas.
¿Usted dijo de Florida?
TAMARA
—¿Importadas?, ¡no
m’ijo!, son de acá mismo, de Carúpano, ¿conoces Carúpano?
NUNCA ESCAMPA
—No, nunca he ido.
Del oriente norte yo solo he llegado hasta Puerto La Cruz.
TAMARA
—En cruz… hum… hiciste
que recordara cuando una vez me pusieron en cruz. ¡Esa ocasión estuvo muy
buena!
NUNCA ESCAMPA (RUBORIZADO)
—No me comprendió,
me refería a Lechería, Puerto La Cruz.
TAMARA
—Ese es el
problema con los muchachos de ahora: solo visitan las ciudades donde hay centros
comerciales, aire acondicionado e internet. Tienes que ir a Casanay, Irapa, Marigüitar,
Yaguaraparo, Macarapana, Puerto Santo, Caripito, El Tigre… bañarte con totuma y
pipote de agua o en un río, echarte una pea rastrera con guarapita de ron y parchita
o con varios palos de ponsigué, beber ron mezclado con agua de coco, comer
chorizo carupanero picante, pastel de morrocoy o de chucho… Eso es parte de
Venezuela, ¿has hecho algo de eso?
NUNCA ESCAMPA (APENADO)
—No… reconozco que
no.
TAMARA
—Pues yo sí; eso y
más. De joven bebí cuanto ron había de esa zona oriental; hasta lavagallos
pasaron por mi buche. Me eché unas peas sabrosas; algunas vomitonas, otras
lloronas, otras donde me reía hasta de mi sombra. Son buenos recuerdos.
NUNCA ESCAMPA
—¿Y además de esos
tiene algún otro recuerdo bueno y que no esté asociado con el ron?
TAMARA
—Sí, por supuesto,
o acaso crees que soy una borracha empedernida. Tengo las vivencias con mis
amigos de la universidad; una etapa feliz, donde poco importaba si alcanzaba el
dinero porque siempre había alguien que te auxiliase.
NUNCA ESCAMPA
—Si tuviera que
vivir de nuevo estos cincuenta qué repetiría.
TAMARA
—El 69.
NUNCA ESCAMPA (SORPRENDIDO)
—(¡!) Disculpe, esteee…
y no sé si es una indiscreción, ¿puede ser más específica?
TAMARA
—Sí, jugaría dos
veces el número 69, porque con ese número gané la Lotería de Animalitos en el
año 85, en Cumanacoa, pero sólo había comprado un quintico (¡qué boba fui!) y
no gané mucha plata. Así que compraría más quinticos del 69 y hoy estaría
forrada.
NUNCA ESCAMPA (ALIVIADO)
—¡Ah, comprendo! (RISITA
NERVIOSA) Je je je… Es que yo pensé que usted hablaba del… del sesenta y nuev… je
je je, quiero decir, del otro… del otro sesent… (DÁNDOSE CUENTA DE SU ERROR, CARRASPEANDO
Y PONIÉNDOSE SERIO. RETOMA SOBRIEDAD) ¿Qué le recomendaría o qué mensaje daría a
los jóvenes actuales?
TAMARA
—Que vivan intensamente
la juventud mientras puedan. Las limitaciones vendrán temprano o tarde; aunque
no las quieran.
NUNCA ESCAMPA
—Ya que lo ha
mencionado, ¿se sintió limitada alguna vez para hacer lo que quería?
TAMARA
—Pues sí, vivir en
una sociedad te impone reglas que acatas a regañadientes. Una vez yo quería
hincarle el diente a un tipo que estaba más bueno que comer pollo con las manos.
Le tenía el ojo puesto, pero luego descubrí que su novia era mi
amiga, ¡qué frustre!, y hasta allí llegué.
NUNCA ESCAMPA
—¿Considera que en
estos cincuenta años ha sido feliz?
TAMARA
—Burda de feliz:
he tenido y tengo amigos, a mi perrita Guadalupe, mi profesión y mi autonomía
para decir lo que quiero. No tienes idea de cuántas mentadas de madre yo he
echado en mi vida. Con la edad, ahora soy algo más cautelosa.
NUNCA ESCAMPA
—La vida deja la
experiencia, la sabiduría, no lo llamaría cautela.
TAMARA
—Sí, es cautela,
porque si la esposa del tipo me descubre se arma el peo.
NUNCA ESCAMPA (DESCONCERTADO)
—¿Pero de qué
habla usted, ingeniera Soto?
TAMARA
—Que ahora tengo
que andar con cautela.
NUNCA ESCAMPA
(DESORIENTADO)
—No comprendo,
ingeniera, ¿de cuál cautela habla?
TAMARA
—¡De verdad que
estás perdido con esta entrevista, muchacho! Te hablo de la cautela que debo
tener con la esposa del tipo.
NUNCA ESCAMPA (DESESPERADO)
—¿Cuál tipo? ¿Cuál
esposa?
TAMARA
—¡Coño, qué vaina
contigo! Me preguntaste por una limitación que tuve cuando era joven y te hablé
de un tipo al que no pude hincarle el diente porque era novio de mi amiga.
NUNCA ESCAMPA
—Sí, ¿y?...
TAMARA
—¿Cómo que “y…”? Pues que yo no me iba a quedar con esa.
Resulta que él se mudó por acá, en Palo Verde; ahora es vecino mío. Está
casado, pero ya no con mi amiga, de la cual se divorció. Así que ya yo no tenía
limitaciones y sí, le pude hincar no solo el diente, le hinqué hasta las
cordales. Lo tengo como dice una canción de Billo: Lo pongo pa’rriba/ lo
pongo pa’bajo/ lo pongo de lao/ lo dejo enredao/ cabeza pa’rriba/ cabeza pa’bajo…
¿Conoces esa canción?, se llama El brujo. Yo se la canto cuando nos vemos.
Ji ji ji.
NUNCA ESCAMPA (SOCARRÓN)
—Je, je, je, usted
es tremenda.
TAMARA
—¿Tremenda?... Sí,
y tremenda rumba voy a hacer por mis cincuenta. Eso júralo.
NUNCA ESCAMPA
—Pues, que la
disfrute. Estoy convencido de que así será, ingeniera Soto.
TAMARA
—Tú estás
invitado; no es necesario que traigas mucha ropa.
FIN
Caracas,
4-8-2017
A
Tamara Soto Tillero
Genial! Te felicito!
ResponderEliminarGracias, Diosa Nayo.
ResponderEliminar