Cuarentena.
Día N + 1.
Querida madrina:
Hola. Yo estoy bien. Acá en casa todo sigue normal mientras continúo con la cuarentena y la
encerrona.
No puedo decir lo
mismo de mis electrodomésticos. Antier discutieron.
Todo surgió por un
reclamo del televisor a la aspiradora, porque esta estaba haciendo mucho ruido y
no dejaba escuchar las noticias sobre cuántos muertos llevaba la COVID-19.
El cuchillo eléctrico
quiso mediar, cortando por lo sano, pero se topó con la tostadora de pan, quien
salió en defensa del televisor, hecho que hizo enardecer a la plancha —que sabes
que por nada se calienta— y amenazó a la tostadora con quemarla. Pronto los
cinco estaban enzarzados.
La arrocera intervino
en apoyo de la tostadora y el ambiente se caldeó.
Le pidieron ayuda a la
lavadora para detener la discusión, pero esta lo que hizo fue darle vueltas y
vueltas a las cosas y enredarlas.
En medio de la
gritadera y del toma y dame, le pisaron un cable al lavavajillas, quien
reaccionó vociferando y lanzando espuma por la boca, como si tuviese mal de
rabia.
La radio, desesperada,
tratando de mitigar el escándalo y que
los vecinos no se enterasen del pleito, decidió subir el volumen a una emisora
sintonizada, con la mala suerte de que estaban transmitiendo la canción El muerto
vivo, justo cuando dice: «No
estaba muerto, estaba de parranda... », lo cual enardeció a una vecina a quien le acababan de informar del
fallecimiento por COVID-19 de su abuelo, de 105 años, y pensando que era
burla vino a reclamar en la puerta... no sin antes llamar a la policía.
Un perro comenzó a
aullar, e ipsofacto otros tantos en el edificio se le unieron; ladrando y
aullando.
El radiador eléctrico, el que usamos para la calefacción en invierno, le subió la temperatura al ya cargado ambiente en casa.
La licuadora, en un
acto de demencia, retó al ventilador para ver quién era más veloz girando las
aspas. Ganó la licuadora, pero el rencoroso ventilador exigió revancha,
pidiendo demostrar cuál de los dos hacía más ruido. Y se enfrascaron en esa
competencia.
Para mala suerte, la
discusión coincidió con la hora en la cual los vecinos salían a los balcones a
aplaudir la labor de los sanitarios, así que se juntaron los aplausos y vivas
de las gentes con el altercado entre mis electrodomésticos, la radio a todo
volumen con: «Yo no
olvido el año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas... », la competencia entre el ventilador y la
licuadora, los aullidos de los perros y los gritos (en la puerta de la casa) de nuestra doliente
vecina exigiendo respeto por su duelo.
La única que se
mantuvo al margen del megaespectáculo, fría y distante, fue la nevera.
La policía no llegó a
venir, madrina, (menos mal) porque saltó el breaker
y nos quedamos sin electricidad, sin discusiones ni ruidos, lo cual aproveché
yo: no quise reactivar el interruptor de luz, porque habrían proseguido con sus
discusiones y me iban a volver loco.
Abrazos, madrina.
12-4-2020.
Bátrax (a) Luis Enrique Marval Hidalgo
Rana Archives
Me encantó....
ResponderEliminarGracias, Sirel, por tu comentario
EliminarHola muy bueno
ResponderEliminarMuchas gracias por su comentario
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